sábado, enero 28, 2006

REVANCHA

"El fútbol siempre te da revancha" es la clásica frase que esgrimen casi siempre los perdedores. Pero tienen razón, a la corta ó a la larga llegará el momento.
Pero, ¿cuánto tiempo es capaz de esperar un hincha por la revancha tan deseada?

Mediados del año 1986, Argentina jugaba frente a Inglaterra por los cuartos de final del campeonato mundial que se realizaba en México.
En mi casa se rompe el televisor por lo que decidimos junto a mi vieja y un hermano cruzarnos a la casa de mi abuelo para mirar el partido.
Mi abuelo Dante, un tipo que amaba el fútbol que fué quien me transmitió el gusto por este deporte, era un tipo tranquilo, analítico, "ácido" en sus comentarios, que no le importaba halagar a un jugador del equipo rival si se lo merecía ó hasta mofarse de uno del equipo propio cuando la circunstancia lo requería.
Llegamos a su casa, él ya estaba sentado en su sillón preferido, frente a la TV. Nosotros, como pudimos, nos acomodamos a su alrededor en el pequeño living. Mientras mi abuela sacaba una lata de galletitas Canale, me animo a un comentario: "Y Nono, ¿cómo la ves para hoy, ganamos?". Me miró y no me contestó. Pero por su cara me di cuenta que iba a ser un partido más difícil de lo esperado.
Comienza el encuentro y el primer tiempo se va, aburrido, sin pena ni gloria. A los diez minutos del segundo tiempo llega el 1-0. "Maradona, de cabeza" le digo a mi abuela que, como siempre, no lo había visto (en realidad, nadie lo había visto....fué con la mano). Festejamos, pero hasta ahí nomás. Faltaba mucho todavía. Mi abuelo ni se había inmutado.
Al ratito, historia conocida. Aparece en su mayor dimensión el "barrilete cósmico", Diego Armando Maradona, y en una corrida de sesenta metros, apila a medio equipo rival y convierte el segundo gol. Ahí si, saltamos todos y gritamos el gol.
Pero cuando todos ya acallábamos el festejo, mi abuelo Dante, en una actitud que nunca había visto en mis doce años de vida, seguía parado, desafiante, frente al televisor y gritando dijo: ¡¡¡¡Diego, sos el más grande!!! ¡¡¡¡Bien hecho, ingleses de mierda, ustedes nos tuvieron que hechar a Rattín para ganarnos!!!
Y ahí comprendí. En el año 1966 se jugó el campeonato mundial en Inglaterra. Luego de la primer ronda la selección local tuvo que enfrentarse contra Argentina. Fué un partido muy duro en donde los ingleses no podían quebrar el cero. Hasta que en una confusa jugada el arbitro del cotejo expulsa al capitán y figura del equipo criollo Antonio Rattín. Inglaterra, con un hombre más terminaría ganado el partido 1-0.
¡¡¡ Veinte años estuvo atragantado mi abuelo con ese episodio!!! Imagínense...¿cómo no iba a gritar el gol de esa forma? Si era legítimo, era un golazo, era el triunfo, era la venganza... por veinte años esperada.
El equipo argentino terminó ganado ese partido 2-1 y una semana más tarde se consagraría campeón del mundo. A mi abuelo no le importó tanto.....el fútbol ya le había dado revancha.
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