martes, junio 05, 2007

PIDO GANCHO: RAMON MEDINA BELLO



Para los fanas del fútbol, observar en un partido a un gran jugador es placentero y más lo es cuando al finalizar el match, nos encontramos con que este señor es una persona de grandes cualidades humanas, y ése es el caso del personaje que hoy nos ocupa que no es otro que el añorado Ramón Ismael Medina Bello. Es que el “Mencho”, tal como le decían, nunca se destacó por sus declaraciones altisonantes, ni por escándalos, ni por algún look estrafalario al jugar, sino que lo hacía, nada mas ni nada menos, por jugar bien, ser un goleador nato, de esos que piensan todo el partido en el arco contrario, y no dudan ni un instante en rematar cuando tienen el balón en sus pies.

Nacido el 29 de abril de 1966, comenzó su carrera en Racing donde debutó a los veinte años y llegó a formar parte del plantel que ganó la Supercopa en 1988. Un año después fue transferido a River Plate en donde alcanzó su mejor performance, jugando más de cien partidos, marcando 54 goles y ganando cuatro títulos nacionales durante cuatro años, época en la que también formó parte del seleccionado nacional que ganó la Copa América de Ecuador y disputó las eliminatorias y el mundial de Estados Unidos. A fines del 93 se marcharía al Yokohama Marinos de Japón, donde jugaría 70 partidos en otros tres años y marcaría 36 goles (en promedio, más de uno cada dos partidos, una barbaridad) para volver en 1996 a River y formar parte, aunque sin ser titular, de aquel gran equipo tricampeón que dirigía Ramón Díaz y que también ganó la Supercopa de 1997, último título internacional del club de Núñez. En la temporada 1997 – 1998 se despediría del fútbol profesional actuando en el nacional B en el club Talleres de Córdoba, donde lograría el ascenso. El único lunar en la carrera es, según sus propias palabras, no haberle podido convertir ni un gol a Boca Juniors, cosa que sólo importa a los estadísticos.

Del Mencho queda el recuerdo de su potencia para desbordar y de la fuerza de sus remates. Un tipo humilde, callado, de esos que no hablaban pero dentro de la cancha siempre cumplía con lo que se esperaba de él. Capaz de errar el gol más fácil, como de incrustar la pelota en un ángulo por un soberbio zapatazo ó de hacer un gol exquisito como uno que hizo a Estudiantes jugando para River, eludiendo a tres jugadores y el arquero dentro del área ó aquel que convirtió de taco jugando para la selección argentina, frente a Perú, en un partido por eliminatorias mundialistas que tuve oportunidad de ver en vivo.

Medina Bello, el “Mencho” de Gualeguay, dejó su recuerdo a fuerza de goles, humildad y amor al fútbol que siguió demostrando en sus excursiones ad honorem por Sportivo Dock Sud de la cuarta división de AFA, en Juventud Unida de Gualeguaychú en el torneo Argentino B y en la escuelita que tiene en el Docke, donde enseña a jugar a cientos de pibes de bajos recursos. Pido Gancho y aplausos para este señor, por gran futbolista y por buena gente.

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