miércoles, febrero 18, 2009

OPACADOS


En la historia del fútbol argentino hubo gran cantidad de jugadores de todos los niveles: excelentes, muy buenos, buenos y directamente malos. Los mejores casi siempre fueron elegidos para vestir los colores de la selección nacional, pero hay casos en que aparecieron jugadores de gran calidad, pero que no tuvieron muchas oportunidades de servir al equipo de todos ya que en su puesto había otro jugador aún mejor, verdaderos fueras de serie que eran titulares indiscutidos y no dejaron resquicios para que otros ocupen el lugar.
Un caso como el que describía anteriormente, es el que vemos actualmente con Sebastián Battaglia. Este mediocampista ha logrado una madurez asombrosa en su juego y goza de una realidad casi perfecta en Boca Juniors: titular indiscutido, pieza fundamental del equipo, referente y de los más ganadores del club. Pero en la selección tiene por delante a Javier Mascherano, incansable gladiador quien hasta recibió el halago de ser el capitán del equipo, lo que hace suponer que, de no mediar lesión, será muy difícil que deje su lugar.
Otro caso emblemático fue el de Abel Balbo en la década del ´90. Este centrodelantero, que actuó con gran suceso en Newell´s, River y especialmente en la liga italiana; nunca pudo ser el "9" indiscutido de la selección nacional ya que su puesto era ocupado por otro más grande: Gabriel Batistuta. Si bien llegaron a jugar juntos en el once titular del Mundial 1994, el bueno de Abel tuvo que resignar su posicionamiento en la cancha con tal de ser titular, y jugaba un poco más retrasado.
Y si de ejemplos hablamos, retrocedemos un poco más en el tiempo y no podemos obviar el de Ricardo Bochini, eterno número "10" de Independiente de Avellaneda con el que descolló y logró innumerables triunfos, pero que en la selección siempre vivió a la sombra de Diego Maradona. El DT Carlos Bilardo, sólo se animó a juntarlos tres minutos dentro de una cancha en un partido oficial y los hinchas nos quedamos con las ganas de verlos más tiempo para ver que resultaba. Creo que los jugadores también.
Tres ejemplos que marcan una realidad. La verdad de grandes jugadores que demostraron tener grandes condiciones pero que les faltó ese premio extra que es el de brillar en la selección de su país. El lado cruel de la historia del fútbol que nos demuestra que a veces no basta con ser un gran jugador, sino que también tiene que estar presente la suerte de nacer en el momento justo y en el lugar indicado.

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