EL IRREEMPLAZABLE SEÑOR ASTRADA

Leonardo Astrada, en su época de jugador, fue un mediocampista central que sobresalía por tener gran vocación por la marca, a lo que le sumaba un buen trato del balón y un temperamento acorde a su función que lo transformaba en líder de todos los equipos que jugaba. "El Negro" debutó de la mano de Reinaldo Merlo en 1989, pero no fue hasta principios del año 1991 que, con el apoyo del entonces entrenador Daniel Passarella, comenzó a ser titular en el primer equipo de River Plate y de esa forma empezaría una carrera plagada de éxitos y que lo identificaría por siempre con el equipo de la banda roja.

Paralelamente con su actuación en el fútbol de nuestro país, a medida que transcurrían las diferentes temporadas, Astrada protagonizó un hecho verdaderamente singular para un jugador profesional y ello era que siempre le buscaban ó aparecía un reemplazo, pero éste nunca podía ganarle el puesto. Ya en el mencionado debut, y casi como un hecho que signaría su carrera, el DT decidió correr de su posición al "cinco" titular, Enrique Corti, y noverlo al puesto de marcador central, para hacerle un lugar a ese pibe que prometía.

Con el correr de las buenas actuaciones, "El Negro" sería apodado por el gran relator Víctor Hugo Morales como uno de los "Pac-Man" de River debido a su buen nivel en la recuperación de pelotas que demostraba junto al compinche de esa época, Gustavo Zapata. Pronto, aparecerían jugadores de las inferiores alternando el puesto cuando el equipo afrontaba más de una competencia, pero Astrada con su exelente nivel opacaba las actuaciones de sus compañeros. Así es que Orlando Claut y Matías Biscay nunca pudieron sobresalir en la Primera millonaria y partieron con rumbos desconocidos.

Promediando la década del ´90 y con Astrada ya convertido en "El Jefe", según el nuevo apodo con el que lo bautizó Morales, hizo su aparición Matías Almeyda, otro medicampista central de grandes condiciones pero que tuvo que conformarse con "correrse" hacia la derecha para poder jugar de titular. Así fue que con Almeyda de "ocho" y Astrada dominando el círculo central de mitad de cancha, River obtendría la Copa Libertadores de 1996.

Con el logro del trofeo continental, con Ramón Díaz como entrenador, comenzaba para el conjunto de Núñez una etapa prolífica en triunfos, aunque por un enfrentamiento de Astrada con el DT, lo tenían siempre en la mira para ser reemplazado. Así es que por esos años, y a pedido del orientador táctico, llegaron al club otros volantes centrales como Leonel Gancedo de Argentinos Jrs, Marcelo Gomez de Velez y Hernan Maisterra de Platense. Demás está decir que ninguno de ellos pudo desbancar a Leonardo Astrada de su puesto y para poder jugar, debieron sacrificar su posición (como Gancedo que lo hacía como volante ofensivo por izquierda) ó directamente adornar el banco de suplentes ó el equipo de reserva (como los otros dos restantes).

Ni la aparición de otros volantes como Guillermo Pereyra, Javier Mascherano (que debieron jugar de volantes por derecha) u Oscar Ahumada (que llegó a jugar de marcador de punta izquierdo), ó la contratación de Esteban Cambiasso (que jugaba casi de "enganche") en los años posteriores pudo hacer que Astrada resigne la titularidad en su equipo y obligó a los técnicos de turno a buscarle otras posiciones para que puedan actuar en el "once".

Leonardo Astrada jugó hasta que quiso en River Plate, durante más de diez años con una sola interrupción de un período de seis meses cuando, enfrentado con Ramón Díaz, se marchó a jugar a Gremio de Brasil en enero del 2000 y regresó en el mes de junio cuando el riojano ya no estaba al frente del equipo. Se retiró a mediados del año 2002, siendo titular hasta en el último partido que jugó, vistiendo la camiseta con el número cinco en la espalda y dejando en su lugar a un tal Javier Mascherano, definido por él mismo como el mejor del mundo en su puesto. De todas formas, como demostración que "El Negro" Astrada seguía en cancha, Victor Hugo Morales a su sucesor lo apodó "El Jefecito"....sin dudas que seguía siendo irreemplazable.