SUEÑOS DE UNA NOCHE DE VERANO

Los torneos de verano son tan frecuentes y tradicionales en nuestro país, casi como la foto con el lobo de Mar del Plata ó en el Cucú de Carlos Paz. Desde su comienzo, allá por fines de los ´60 - principios de los ´70, año a año estas competencias amistosas se han ido arraigando en el público argentino como un divertimento mas de sus vacaciones, en la prensa para tener algo de que hablar y en los equipos de fútbol que los utilizan como banco de pruebas y de puesta a punto de cara a lo que vendrá.

Así es que en este tipo de torneos, los futboleros que calman sus ansias de ver rodar a una pelota han tenido todo tipo de espectáculos: de los buenos y de los malos y en gran cantidad de ocasiones han dejado tela para cortar. Están aquellos que los minimizan y casi no le prestan la debida atención, pasando por otros que los utilizan para poder otear la realidad de un equipo e imaginar su futuro, y hasta quienes los toman como la final de un torneo en serio y han llegado a defenestrar a cualquiera de sus actores luego de una mala presentación.

Lo cierto, es que las "Copas" de verano generalmente dejan poco y eso que dejan se esfuma rápidamente cuando comienza la actividad oficial, casi como esos castillos de arena que son arrasados por las olas. Aunque a veces, esos mismos campeonatos estivales han dado lugar al debut de jugadores que luego se consagraron como por ejemplo Daniel Passarella y a otros que fueron verdaderas estrellas fugaces, cuyos nombres no vamos a (ó no podemos) recordar.

La verdad es que los Torneos de Verano están ahí como una oferta mas de las tantas que hay para los fanáticos del fútbol, y como tal, es menester de los que miramos DESDE EL TABLÓN tomarlo ó dejarlo, pero ser concientes de que éstos tienen un nivel e importancia tan relativa como los sueños: si son lindos, podemos recordarlos y que nos alegren el día ó pueden convertirse en pesadillas que deberemos enterrar rápidamente para enfrentar el día.