miércoles, julio 04, 2012

NACIDO PARA SUFRIR

Apenas finalizado el match en que Atlético de Rafaela confirmó su permanencia en Primera División por una temporada mas, una serie de festejos de toda índole se desataron. En primer lugar, jugadores del plantel y Cuerpo Técnico lloraron y se abrazaron, mientras que los hinchas (los que estaban en la cancha y los que siguieron el partido por TV) emprendieron un festejo loco, que podría parangonarse con el de la obtención de un campeonato.
Quien no conoce a Rafaela (como lo llaman en la jerga del fútbol argentino) podría llegar a sorprenderse por tamaña celebración por un cierre de temporada, pero ellos seguramente no tienen en cuenta que este club, en materia futbolística, cuenta mas frustraciones que logros durante su historia y esas malas fueron golpes realmente fuertes de los que, por suerte, tuvo la entereza de levantarse.
En el año 1983, cuando todavía se jugaba aquel viejo Torneo Regional que clasificaban a algunos equipos por región para participar del desaparecido Nacional, Atlético Rafaela llegó a la final de su zona y enfrentó a Renato Cesarini de Rosario en partidos de ida y vuelta. Fue triunfo en el primero y derrota en el segundo match (sendos 1-0) por lo que la definición se dió a través de un insólito sorteo en AFA. La bolilla favoreció al equipo rosarino quien pudo mezclarse en el fútbol grande de aquel año y frustró a los rafaelinos que se quedaron con las ganas de ser protagonistas.
Años mas tarde, "La Crema" pudo lograr subsanar aquella herida ascendiendo en 1989 al Nacional B, pero el derrotero de veinte años por esta categoría trajo muchos sinsabores: cuando logró conformar un equipo competitivo, en la temporada 1994-1995, se topó con otro muchísimo mejor, Estudiantes de La Plata, que había conformado un plantel de Primera División y lo dejó con el subcampeonato. Recién en la 2002-2003 tuvo revancha de aquel subcampeonato pudiendo lograr el título y el ascenso, pero al año siguiente un nuevo golpe lo aquejaría al no perder la categoría jugando la instancia de Promoción ante un equipo menor, como Huracán de Tres Arroyos.
Y a partir de ese hecho, el término "Promoción" se convirtió en mala palabra para la gente de Atlético ya que en el lapso de seis temporadas, pudo jugarla tres veces mas, esta vez como aspirante al ascenso, y las perdió todas. La primera frente a Argentinos Juniors (2-1 en la ida y 0-3 en la vuelta) y las otras dos frente al mismo rival, Gimnasia de La Plata, en una increíble e inolvidable definición en la primera de ellas (3-0 en la ida y 0-3 en la vuelta) y una dramática segunda chance (1-0 en la ida y 1-3 en la vuelta) en la que además, perdió para siempre a su arquero titular, Gabriel Airaudo, víctima de un accidente en el transcurso del juego.
Es lógico de entender que cuando se consumó el ascenso en 2011, la gente "Cremosa" haya festejado a rabiar y llorado de emoción y desahogo, recordando lo expuesto anteriormente, y agregándole las eliminaciones en octogonales ó los fracasos en temporadas regulares. Por ello, puede entenderse el por que de aquellos festejos que relatábamos al principio: a Atlético de Rafaela, llegar donde se encuentra ahora, le costó mucho mas que otros y sus hinchas debieron soportar muchísimas amarguras en el camino. Tal vez, el destino futbolístico ahora le tenga guardado mejores cartas para repartirle, pero mientras tanto, bien se tienen merecida cualquier celebración. 

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